Por Claudio Abarca Lobos.
¿Qué puede resultar de la investigación de un robo de drogas para animales en un matadero? Las respuestas pueden ser varias, pero probablemente nadie pensaría en una historia de amor.
Sin embargo, es lo que sucede en la película húngara “En cuerpo y alma” (disponible en Netflix, buscar por “On body and soul”), una de las candidatas al premio Oscar como mejor filme en lengua extranjera, categoría en la que compite, entre otras, con la chilena “Una mujer fantástica”.
Que el incidente del robo impulse una historia romántica se debe a la habilidad narrativa de Ildikó Enyedi, la directora, quien logra conducir su película, sin que pierda austeridad, desde un relato frío y que a ratos parece documental en su primer tramo, a uno que enternece y nos lleva a empatizar con los protagonistas: Mária, la nueva supervisora de control de calidad, y Endre, el director financiero de la empresa.
Ambos se saludan y tienen muy breves contactos en el matadero, hasta que la investigación los lleva a enterarse de que sueñan lo mismo por las noches. Esto nos permitirá comprender por qué, de vez en cuando, la directora corta el relato con bellas imágenes de ciervos en un bosque helado.
Es cierto que la trama puede ser algo inverosímil; algunos dirán demasiado. Y también es cierto que algunas tramas secundarias poco aportan al desarrollo dramático. Pero la directora, tras las insinuaciones psicoanalíticas, consigue hacer de “On body and soul” -ganadora del Oso de Oro en Berlín- una película hermosa, a lo cual contribuye la belleza de varios planos, que resaltan el aprendizaje emocional de Mária.
Una obra sobre seres muy introvertidos y temerosos, incluso en el caso de ella con serios problemas para relacionarse, pero que finalmente, a través de un desconcertante y a la vez aliviador epílogo, hace aparecer el amor cuando menos se le esperaba.