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Los colores y texturas de Ivonne Vela-Ruiz

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Fibra de piña, cáscara de frutas y verduras, corteza de árbol, hoja de choclo, chasquilla de palmera, cajas de huevos… Ivonne Vela-Ruiz es artista visual y usa esos materiales para hacer su arte. Hablamos de papel artesanal, de distintos colores y texturas, y que puede ser usado, por ejemplo, para invitaciones o incluso para pintar sobre él.

– ¿Cómo aprendiste a hacer papel artesanal?
“Viví en México tres años, hace ya más de una década, y en la sierra de Puebla conocí el trabajo con papel reciclado, en particular lo que hacen en un pueblo con el papel amate. Lo desarrollan con fibra de arbustos, por ejemplo, zarzamora. Con el tiempo y también en Chile, he ido aprendiendo más técnicas para la realización de papel, en la que usa aglutinante para la mezcla, por ejemplo, gelatina sin sabor, cola fría, maicena. Es un arte que nació con los chinos, quienes copiaron el proceso que las avispas desarrollan para hacer sus nidos”.

De ese trabajo nació una serie de 25 retratos de mujeres mexicanas -de intensos colores- con sus atuendos típicos, hechos con pastel graso sobre papel amate. La serie se convirtió en la exposición “Enlazando mundo”, que presentó en forma itinerante en México y luego en Chile.

Mujer Nahua en fiesta del café – pastel graso sobre papel amate, de 39 por 60 centímetros.

La obra de Ivonne Vela-Ruiz, en todo caso, se extiende más allá del papel. Pinturas, coloridas pantallas para lámparas y muebles restaurados son parte de su trabajo.

– ¿Cuándo y haciendo qué empezaste en el arte?
“Cuando estaba en el colegio, a los 16 o 17 años, alrededor de 1990, empecé a pintar al óleo. Hacía paisajes, arte figurativo. Aprendí a hacer retratos y figuras humanas, y me especialicé en dibujo. MI primera exposición fue a los 19 años en la Casa de la Cultura de Limache. Después me interesé por la pintura acrílica, que es más versátil, así como por la acuarela y la tinta china”.

– ¿Hiciste estudios formales?
“Ingresé a la Escuela de Bellas Artes de Valparaíso pero me retiré por unos problemas que tuve. En todo caso, ya manejaba bien el color, aunque me faltaba aprender de teoría y algunas técnicas de dibujo. De todos modos, tras mi retiro, seguí yendo a talleres particulares, con profesores. Y con el tiempo abrí mi propia tienda y comencé a vivir de mi trabajo como artista”.

La artista y uno de sus cuadros, en la galería donde cuenta con una tienda.

En la tienda, ubicada en el cerro Concepción, de Valparaíso, conoció a unos artistas mexicanos, quienes, al conocer su obra, le propusieron que se fuera con ellos para enseñar y aprender en el país norteamericano.

– ¿Qué hiciste en México?
“Muchas cosas. Hice pinturas, murales, mosaicos… Estuve en Tepic, capital del estado de Nayarit, a dos horas de Guadalajara. Había ahí pintores de gran trayectoria, con estudios en la prestigiosa Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, de Ciudad de México. Trabajé con ellos y también pude aportar pues faltaba innovar en lo que se estaba haciendo en Tepic. Colaboré en un taller donde se hacía cerámica, creando piezas que después quedaron en instituciones, por ejemplo, museos. Desde luego, pinté mucho y vendí cuadros. Y en cuanto a enseñar, impartí clases de artes plásticas a niños de siete y ocho años”.

– Volviste hace casi diez años, ¿qué has hecho después?
“Volví por razones personales sobre todo, y he seguido trabajando en pintura, pero la opción de regresar a México siempre está. Además, empecé a restaurar muebles, lo que aprendí a hacer en Barcelona durante tres meses de estadía. Hace poco, por ejemplo, vendí un mueble de botica, con vidriera, a un psicólogo”.

– El reciclaje es fundamental en tu trabajo…
“Así es, en lo que hago con muebles, con el papel y también con objetos decorativos”.

La artista porteña y viñamarina (ambas, pues nació en Valparaíso pero vivió muchos años en Viña del mar) me muestra una bandeja que estuvo en la basura, oxidada, “pelada”, a la que ella le retiró el óxido, le dio un baño, la lijó y le incorporó servilletas a través de la técnica de decoupage. La servilleta ni siquiera se nota.

Ivonne Vela-Ruiz vende esa bandeja, papeles, pinturas, pantallas para lámparas y mucho más en su tienda, abierta de miércoles a lunes en la galería Victoria Queen, del paseo Dimalow, en el cerro Alegre, Valparaíso.

Papeles hechos por Ivonne Vela-Ruiz a partir de distintos materiales.

– Muchos de los trabajos que vendes en tu tienda podrían ser llamados artesanía, pero tú consideras que es arte. ¿Por qué?
“Porque son trabajos hechos a mano y únicos, no los hago en serie. Lo mismo pasa con un juguete que no se repite, o con la cocina cuando se hace de forma singular, sin caer en una repetición calcada. Todo eso es arte y mi pretensión es que siga así”.

– También sigues enseñando…
“Siempre estoy enseñando, realizando talleres. Por ejemplo, el trabajo en papel, que de hecho se puede hacer en cualquier parte de la casa, es barato, solo requiere de una prensa, un bastidor y una batea, además del material con que se crea. Incluso enseño a construir los materiales”.

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