Por Claudio Abarca Lobos.
El pasado 28 de julio, Perú conmemoró un nuevo aniversario patrio al cumplirse 119 años de la declaratoria de Independencia de dicha nación por parte del generalísimo José de San Martín.
Por ello, y aunque con algunos días de atraso, bien vale la pena celebrar a este pueblo hermano con algunas de las más hermosas y exquisitas piezas de su arte musical y literario.
Una desaforada novela de Vargas Llosa
Muchos dirán “La ciudad y los perros”, otros elegirán “Conversación en la catedral”, o bien “La casa verde” o “La guerra del fin del mundo”. Pero yo me quedo con “La tía Julia y el escribidor”, novela semiautobiográfica de Mario Vargas Llosa (Premio Nobel de Literatura 2010) publicada por Seix Barral en 1977. Me encanta su estructura narrativa, que pasa del relato en primera persona de Varguitas sobre el amor con su tía política Julia Urquidi, divorciada y catorce años mayor que él, a las historias que escribe Pedro Camacho, el excéntrico folletinista boliviano de la radio donde Varguitas hace sus primeras armas como periodista. Una novela a ratos delirante, desaforada, cruzada por la pasión amorosa entre Julia y el aprendiz de escritor. Una aventura exquisita ambientada en la Lima de los años cincuenta.
Chabuca Granda: Fina estampa y música para todos los tiempos
La suya era una voz conversada, matizada, cálida, que se complementaba perfectamente su música, en la que dialogaban hermosamente el folclor indígena y los ritmos afroperuanos, y sus letras, detalladas crónicas de sus experiencias en tantos rincones de Lima y de su país. Hablamos de Chabuca Granda, nacida en 1920 como María Isabel Granda y Larco y quien se convertiría en la más notable cantante del Perú de todos los tiempos, gracias a composiciones como “José Antonio”, “Fina estampa” y “La flor de la canela”, esta última devenida el mayor estandarte de la música peruana en el mundo. Fallecida en 1983, Chabuca Granda dejó una estela imperecedera de belleza, elegancia e identidad.
La dulzura y la versatilidad de Juan Diego Florez
Nacido en 1973, Juan Diego Florez se ha convertido en uno de los tenores más connotados del panorama musical, gracias a una voz dulce, brillante, de gran manejo de los agudos. Su trabajo y su talento lo han llevado por los más grandes escenarios del mundo, lo que no costaba imaginar al saber que es hijo del cantante y guitarrista de música criolla peruana Rubén Flórez Pinedo, acompañante de Chabuca Granda, y de María Teresa Salom, hermana de Carlos Salom, integrante de una de las bandas de música experimental más reconocidas del Perú en los años 70, Laghonia, así como de la célebre banda de rock peruano We All Together. Versátil, Florez se inició cantando covers de The Beatles y Led Zeppelin, y ha integrado también a su repertorio música del folclor peruano y grandes temas latinoamericanos, como “Júrame”, de María Grever, que escuchamos en su maravillosa voz.
La fuerza morena de Eva Ayllón
Fue un español quien escribió una de las canciones más populares del repertorio popular peruano, “Propiedad privada”, interpretada por Lucha Reyes en 1970. Pero entre las versiones posteriores, me quedo con la de Eva Ayllón, una de las más grandes voces del Perú y que ha destacado por su poderosa interpretación de música afroperuana y valses criollos. Escuchar a Eva Ayllón es escuchar un caudal de fuerza y sensualidad. Una mujer que, además, ha colaborado con grandes solistas y bandas, incluyendo la chilena Inti Illimani.
La poesía desgarradora de César Vallejo
Hombre vulnerado y sensible, César Vallejo (1892-1938) vivió el dolor personal y se compadeció del de otros, sensibilidad que se plasmó en una poesía triste y angustiosa. Poesía que vivió el tránsito del Modernismo a la vanguardia y la literatura comprometida -pero que mantuvo alejada de los dogmatismos y el proselitismo-, y que lo convirtió en uno de los nombres fundamentales de las letras hispanoamericanas. También ensayista, narrador, periodista y educador, no pocos lo consideran uno de los más importantes poetas del siglo XX.